domingo, 30 de diciembre de 2012
No será
fácil, pero escúchame tan solo unos segundos. Cierra los ojos. Visualiza todo
lo que hemos pasado juntos, tú y yo, y nadie más. ¡No! No los abras aún.
Respira hondo, despacio. Toma una gran bocanada de aire. Ahora imagina, por un
momento, todo lo que podríamos llegar a hacer, lo que podríamos llegar a ser.
Imagina tu mano y la mía, entrelazadas, mientras damos un paseo por la playa,
al atardecer. Y como dos locos, correr hacia el agua y sumergirnos. Besos con
sabor a sal. Imagina, una tarde lluviosa, una película que me hiciera llorar.
Nosotros bajo la manta, sobre el sofá. Y yo escondiendo la cara en tu pecho,
porque sabes que odio que me vean llorar. Imagina despertar por la mañana y ver
mi cara. Imagina un diluvio, en la noche, mientras volvemos a casa. Bailar sin
música, un vals. Imagínanos saltando de un avión con paracaídas, porque sería
capaz, solo si tú me lo pidieses. Imagina como sería visitar París a mi lado.
Imagínate oír mi voz susurrándote “te quiero” todos los días. Imagina mil
locuras, noches en vela, ataques de amor, explorar cada rincón de la felicidad.
Y todo esto agarrado de mi mano. Mirarme a los ojos cada día. ¿Lo imaginas? No
necesito que me digas nada. Sonríeme, tan solo eso. Esta vez no lo dejemos ir.
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