Por esos momentos en los que se te hace
un nudo en la garganta, pero haces lo posible por no llorar, intentas con todas
tus fuerzas retener las lagrimas y tragártelo. Pero siempre acabas explotando,
porque no puedes más y estás harta de todo. Y lo único que quieres hacer es
tirarte en la cama, encender la música, y llorar.. llorar hasta que se te
agoten las lágrimas. Empiezas llorando por algún motivo, quizás sin la más
mínima importancia, pero va pasando el rato y de repente encuentras 100 razones
por las que llorar, todo los ves negativo, como si todo fueran problemas. Y
acabas llorando por todo lo que está mal. Y llega un momento en que sientes que
es como si ya no te quedaran lágrimas, y te dices a ti misma que tienes que ser
fuerte, que todo irá bien. Intentas convencerte de que no todo va mal, y poco a
poco, vas buscando en lado positivo.. hasta que te quedas dormida. Y por la
mañana te despiertas, y es como si todas las penas hubieran desaparecido, como
si se las hubiera tragado la almohada. Y lo ves todo más claro. Entonces, te
levantas de la cama con más fuerza que nunca, preparada para afrontar todo lo
que se interponga en tu camino.
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