El
problema de perseguir lo que quieres es que no sabes si puedes conseguirlo. Si
no lo intentas, no tienes ninguna posibilidad; pero si lo intentas y no
funciona puedes acabar desearlo no haberlo soñado siquiera.
Y lo peor de
conseguir lo que quieres es que no siempre es como te imaginabas.
Así es la
vida. Aunque a veces, cuando no esperas nada en absoluto, surge algo mucho
mejor que nada que te hubieras imaginado.
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